lunes, 25 de febrero de 2013


Marinero de agua dulce



Día 30  (Martes, 12/02/2013)

El día empieza como todos, es decir limpiando el fuel que suelta el motor y algunos purificadores. Lo hago de manera muy tranquila, sin prisas. Estoy hasta las 09h30. Cuando por fin termino, los dos “fitters” y un “wiper” están instalando el motor eléctrico que hacía unos días desmontaron. Me uno a ellos, mi objetivo es claro: Si mi jefe no se molesta en darme nuevas instrucciones para mejorar mis conocimientos me los busco yo. Estoy con mis compañeros viendo cómo están montando el rotor del motor eléctrico, tienen problemas. Hay una pieza que no encaja. Nos tiramos hasta las 11h00 pasadas intentando meter la pieza pero de ninguna de las maneras. Se ha empeñado en no ceder ni un milímetro. Tras la comida volvemos a lo mismo. Entonces toman una decisión, la pieza nueva se desecha y vuelven a poner la pieza antigua que aunque está algo tocada, aún tiene para rato. Les ayudo en todo lo que me dicen, cosas muy básicas pero gracias a ellos he visto como se monta/desmonta el motor eléctrico de una centrifugadora de L.O. Terminamos  al fin montándolo, sus horas ha llevado. 
Aún son las 15h00 y el barco empieza a moverse en exceso, dos días antes había estado igual y lo pasé bastante mal. Ayudo mientras a mis compañeros en diversas chapuzas hasta las 16h00, empiezo a encontrarme algo mal. El barco se mueve mucho, muchísimo. Mi estómago baila al son del mar. La última hora la paso bastante chafado, quiero terminar e irme a mi camarote a relajarme. El tiempo pasa lento y los últimos 20 minutos los paso en los vestuarios, no puedo más. Me cambio y espero a las 17h00, cuando llega la ansiada hora subo a mi camarote y me tumbo en la cama 1 hora, hasta la hora de la cena. Veo el menú y volvería al camarote pero algo he de comer. Hay queso en lonchitas, me cojo dos panecillos. Ya tengo cena. Y a ello le sumo 2 manzanas. Lo que daría por comer aunque fuera en un McDonalds. 
Tras terminar vuelvo al camarote y está mi compañero despierto con su Reggeaton a todo trapo, parece una discoteca. Recuerdo la otra noche que me preguntaba si me gustaba, ahora recuerdo por qué lo detestaba. Me paso la tarde en la cama a la espera de llegar a Barcelona. 
Pasadas las 22h00 llegamos a Barcelona, por fin. Hablo con la familia y es el mejor momento desde hace varios días. 

¿En prácticas? No, repartiendo agua.



Día 29  (Lunes, 11/02/2013)

Amanecemos en Civitavechia, hemos llegado de madrugada. A las 07h00 estoy en pie y bajo a la cubierta 2. Es hora de trabajar. Saludo a todos y le pregunto a mi compañero Gabia que nos toca hacer hoy, me dice que limpiaremos los aceites del motor, para variar. Pero le dice Cane, que no. Que voy con él y con César para desmontar los motores principales 3 y 4. Los empezamos a desmontar, con ayuda de una grúa que hay instalada en la sala de máquinas. Empiezo quitando tuercas y me llevo más de un quemazo ya que las tuberías de los motores están muy calientes. Terminamos de desmontarlos. Viene Luca y me dice que he de ir con él y Gabia a la cubierta 3. Hay unos 2 trailers esperando fuera del barco, en la popa para empezar a repostar los tanques de “Lube Oil”. Estoy allí para observar a mi compañero, estamos en una habitación donde hay 9 tuberías distintas, unas para cargar combustible y demás,  y otras para descargar aguas grises, sentinas, etc. Estamos allí un rato y se une otro compañero, que está esperando al “Plumber” a lo que seguidamente llega mi jefe y nos dice que porqué estamos allí 3 personas. Ipso facto, cojo y me bajo de nuevo a la sala de máquinas para seguir ayudando a mis compañeros con los motores, con tal de no escuchar alguna tontería de mi jefe. Entre él y yo sólo existen los “Buenos días” y “Hola”, esa es nuestra relación. Al llegar, están montando de nuevo los motores a lo que yo me uno y les ayudo. Tras esto, ayudo a mi compañero a recoger agua de la sala donde estamos a diario, está bajo el garaje de cubierta 3 y hay una escotilla por la que se cuela agua, en el techo. Por ellas sacamos las pesadas maquinarias, piezas, líquidos. 
Por fin, llega la hora de comer. No pruebo bocado apenas, la comida de hoy es más que mala. Salgo a cubierta a conectarme al Wifi del Puerto de Roma y puedo contactar con la familia y hablar con amigos. 
Tras esto, vuelvo al trabajo. Malas noticias, me toca hacer de mulo. Fabrizzio me dice que vaya con un Wiper para llevar packs de agua. Las tenemos que llevar a la cubierta 7, al garaje de coches. Allí hay un ascensor, y es para realizar pruebas en él. Llevamos más de 100 packs, los técnicos hacen su trabajo y debemos ahora descargar el ascensor. Todo esto nos ocupa más de 2 horas. Mientras voy bajando en ascensor con los packs de agua, Luca me dice que suba a la cubierta 3 de nuevo. Quiere que le ayude a bajar maquinaria por la escotilla antes mencionada. Mejor. Estaba harto de tanta botella de agua. Llego allí, y le ayudo en la medida de lo posible, nos pasamos un rato riéndonos, haciéndonos fotos y metiéndonos los unos con los otros, ya que también hay 2 filipinos. Tras finalizar, bajamos abajo con una pieza para el motor en un palé. Son las 16h00 pasadas, y me voy con Jerwin, un filipino que me ha ayudado mucho, como todos. Le ayudo a subir bolsas de basura a la cubierta 5 y nos lo tomamos con muchísima calma. Son casi las 17h00 y tengo ganas de irme. Pasan los minutos lentamente y las agujas no avanzan. 

Por fin llega la hora, me voy al vestuario, me cambio y me dirijo a la cubierta 8 a intentar coger Wifi, necesito informarme de lo que sucede en el resto del mundo. Tras estar un rato pasando frío y leyendo el periódico entro al comedor para reponer fuerzas. La cena ha mejorado notablemente respecto a la comida. Durante la cena hablo con unos hondureños de  fútbol. Les gusta mucho. Hoy no tengo ganas de ponerme a hacer cosas, quiero estar toda la tarde en el camarote viendo series. Toda la tarde en mi cama, sin nadie que moleste. 
Salimos del puerto pasadas la 01h00. Ignoro la hora de llegada a Barcelona. 
Tarde como siempre.     

Un domingo cualquiera


Día 28  (Domingo, 10/02/2013)

Hoy el día ha comenzado como hace dos días, todo el turno de mañana limpiando. Creo que la sala de máquinas del Cruise Roma es la más limpia de todo el mediterráneo. Hoy al menos sólo trabajo hasta las 11h30. Termina mi turno y me voy a comer. 
Estoy algo mejor que ayer, pero no estoy en perfectas condiciones. Como y me tomo una pastilla. Al rato, me encuentro mejor. Me vuelvo a la habitación y descanso hasta las 15h00. 
Toca subir a puente y volver a intentar a hablar con el segundo oficial. Llego a puente. Le veo y me dice algo de una puerta, no le oigo bien ya que está un poco lejos y no habla muy alto. No le entiendo, me dice que si no entiendo el italiano y me lo pregunta en italiano. Entonces, se refería a la puerta de puente por la que he entrado que siempre queda encajada, no cerrada. Tonto de mí. La cierro. Mientras tanto murmulla palabras en italiano. Tras esto, me pregunta que hago allí, y le digo que me gustaría saber qué día cobro y si es todo ingresado en el banco o un % es en efectivo. Me dice que si nadie en sala de máquinas me ha explicado nada. Y le digo que no. Por no explicarme, no me han explicado ni cómo funciona la mitad de las cosas. Y eso si es responsabilidad de alguien, es de mi jefe. Llama a alguien por teléfono, lo ignoro ya que habla en su idioma nativo. Me dice que mi sueldo es X+1. Hacía dos semanas el capitán me dijo que cobraría X. Esto me deja claro cómo funciona Grimaldi. Me confirma que entre hoy y mañana recibiré mi salario de Enero. Y el 10 de Marzo el de Febrero y los días restantes a final del mismo o a principios de Abril. Y el 22 de cada mes los papeles (nómina). Tras esto, le doy las gracias y le doy la mano por la ayuda. La verdad es que me ha resuelto mis dudas y se ha comportado. Más vale ser educado que ganarse enemigos. Total, yo sólo estoy de paso. Aunque nunca es agradable que te traten mal. Tras terminar mí charla salgo contento y me voy al camarote a por el ordenador, he de seguir con mis proyectos. Todavía me quedan 32 días por delante y he de adelantarlos. 
Estoy en el comedor desde las 16h00 hasta las 20h00. Termino el día dándome una relajante ducha. 

Y tú eres electricista?


Día 27  (Sábado, 09/02/2013)

Hoy nos toca desmontar el “Seachest” que recoge agua del mar que envía esa agua a través del circuito de agua salada, sirve para enfriar los motores principalmente. Desmontamos el de estribor. Tras eso, limpiamos aceites de los motores. 
La mañana pasa rápidamente. 
Tras ir a comer, voy con los “Fitters” a desmontar un motor eléctrico de una centrifugadora de L.O. del motor principal. Así estamos hasta el final del turno. Aprendo bastante y no precisamente gracias a los italianos, triste pero cierto. 
Entre tanto, un cojinete se resiste y los filipinos están intentando quitarlo con muchas dificultades, y varios italianos mirando diciendo que no se hace así, el ambiente está enrarecido. No me hace falta hablar filipino ni italiano para saber que hay mal ambiente. Cuando están montando los cojinetes del rotor, me pregunta el electricista que donde va instalado el grande y donde el pequeño. Me está tomando el pelo? Lleva a bordo poco más de 1 semana y le contesto que no lo sé. Y me mira con cara de incredulidad. En fin, menuda profesionalidad. No tiene ni idea donde va instalado y debo saberlo yo que llevo a bordo ni un mes y poca “chicha” he tocado. Tras eso se lo comento a mis compañeros filipinos y nos reímos. 
Por fin llega la hora de irse. Son las 16h30 y hoy pagan a los filipinos. Voy a la sala de conferencias y ahí está el 2do oficial de cubierta. No es el mismo que el del principio de mi aventura. Es distinto, no tiene buena fama. Me siento en una butaca y espero a que vayan pasando a lo que veo que me habla en voz alta diciéndome “Eres filipino? Pues fuera, fuera” Y yo obviamente, no lo hago. Me levanto, me acerco a él y le digo que quiero saber cuando cobro exactamente, si es todo a través del banco o igual que filipinos o hondureños que reciben el 20% en efectivo. Y me contesta que vaya mañana a puente. Un momento complicado ya que no me gustan los enfrentamientos y menos con gente tan mal educada y hablando con prepotencia solo por tener galones en los hombros. Muy triste que sea 2do oficial. 
Tras este mal momento, subo al comedor para seguir con mis proyectos. El mar está muy muy revuelto, me empiezo a encontrar mal. Ceno solamente arroz blanco. Sigo en el comedor, y me pongo a ver un partido de la Juventus con unos cuantos más. Sobre las 20h00 vuelvo al camarote y me tumbo en la cama a ver si mejoro. Me despierto dos horas más tarde, y hago tiempo hasta que lleguemos a Barcelona, aún faltan 2 horas. Estamos entrando en el puerto, consigo comunicarme con el mundo y mi familia. 

Es de madrugada, necesito descansar para mañana. 

Nada nuevo bajo el sol


Día 26 (Viernes, 08/02/2013)

Amanece un nuevo día. Hoy no tengo ganas de escribir, hoy no he hecho gran cosa. Limpiar los motores, limpiar suelos. Estos días me aburren y me indignan. No avanzo. No aprendo nada. Me estanco. Por suerte queda un día menos. 

Hoy igual que ayer


Día 25  (Jueves, 07/02/2013)

Hoy tocaba terminar de limpiar los enfriadores del motor principal 3 y 4. Hemos hecho los mismos procedimientos que ayer y anteayer. Estamos toda la mañana liados hasta la hora de la comida. Reponemos fuerzas y volvemos de nuevo para terminar lo que habíamos dejado a medias. Son poco más de las 15h00 y ya no sé qué hacer, no hay nada más por hacer. Paso esas 2 horas cómo mejor puedo. Por fin, llega la hora de irse y me voy a por mi ordenador para seguir con mis proyectos. Mientras, estamos acercándonos a la costa catalana. Nos faltan pocas horas para llegar a casa. Lamentablemente, no podré bajar del barco. Llegamos a medianoche. Me pongo al día con lo que sucede en España y llamo a casa. 

Otra de cooler!


Día 24  (Miércoles, 06/02/2013)

La noche ha sido muy movida, he dormido fatal. Si ya me cuesta dormir del tirón, creo que en mis 4 semanas no he dormido ningún día del tirón. Me levanto de mal humor. Es hora de ponerse el mono de trabajo, nunca mejor dicho. 
El primer ingeniero nos dice que hoy toca desmantelar el Main Engine Cooler, el enfriador del motor principal 1 y 2. Éste, a diferencia del de ayer, es más pequeño. En esa sala hay 3; el del MP 1 y 2, MP 3 y 4 y otro de Stand By. Hacemos las mismas operaciones que el día anterior, pero cuando estamos empezando, Alfred el Motorman, me llama para que le ayude. Básicamente, consiste en mirarle cómo saca fuel de un filtro a unos bidones. 
Cuando llegan las 10h00, le abandono por unos minutos para poder ir a cambiar mis sábanas/toallas sucias. Los miércoles es el turno de suramericanos, Rumanos e Italianos, y Españoles, aunque esto último no lo pone en ninguna parte. Los filipinos lo hacen cada sábado. Vuelvo a la cubierta 2, y cuando vuelvo con Alfred, el Engineer Cadet Luca, me dice que tenemos que ir a la Sala de Conferencias para una charla de seguridad. Me dice que se lo diga a los otros filipinos en “inglese”, tiene suerte de que le entiendo bastante. Él no sabe nada de inglés. Nos sentamos en los cómodos y aterciopelados asientos de la Sala de Conferencias y durante 20-25 minutos el 2nd Mate nos da una charla, en mi opinión muy breve y muy básica. Terminada la charla, es hora de comer. Me uno a la mesa de mis compañeros Hondureños. Hoy no comeré solo. 
De nuevo, he de volver al trabajo. Saludo a Fabrizio y ya se está metiendo con Mourinho y el Madrid. No aprecia su vida, es italiano. Tras discutir sobre fútbol durante unos minutos, vamos a la sala del ME Cooler y terminamos de cerrar las “tapas”. Tras terminar, Fabrizio me dice que vaya a la Sala de Control para explicarme unas cosas del motor que no sabía, lo aprecio. Si no fuera por él y los filipinos, mis conocimientos serían nulos. Son las 17h00, por hoy hemos terminado. Llevo dos días muy light, me gusta. Aunque sé, que no va a ser así hasta el final. Tras acabar, voy a mi habitación y cojo mi portátil y me voy al comedor para seguir perfilando los proyectos. He de aprovechar el tiempo libre que tengo a bordo. Son las 18h00, la cena está servida y la llegada a Roma está al caer.